Compañeros no dejen de asistir, con FUERZA, VALOR Y ENTEREZA, lograremos las causas del pueblo, aprovechamos este mensajes para enviarles el correo de prisa-comunicación, de españa, la injerencia colonialista por acallar las voces del pueblo mexicano, que quieranlo o no esta independizado de ellos y se los demostraremos ahora y siempre, el correo es comunicacion@prisa.es la compañia comunicadora de españa que tiene "priza" por globalizar al mundo entero al neoliberalismo.
EN NOMBRE DE
TODAS LAS MUJERES HERIDAS (Y LOS HOMBRES) DEL PAIS, A TRAVES DE
>
LA
> FIGURA DE LYDIA CACHO Y MAS ALLA DE CUALQUIER PARTIDO
POLÍTICO,
> HAY UNA PROPUESTA PARA MANIFESTARNOS DE NEGRO POR EL
>
GRAN DUELO QUE ESTAMOS VIVIENDO POR LA MUERTE DE LA JUSTICIA
>
MEXICANA.
>
> COMO SE ATRAVIESAN LAS FIESTAS NAVIDEÑAS Y CON ELLAS
LAS
> VACACIONES, SE PENSÓ EN EL DOMINGO 12 DE ENERO EN EL ANGEL DE
LA
> INDEPENDENCIA, PARA EXPRESAR NUESTRA INDIGNACIÓN
> Y REPUDIO A
LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA.
>
>
> SI QUIERES UNIRTE A ESTA
INVITACIÓN, TE PEDIMOS LA HAGAS
> EXTENSIVA A TODAS Y CADA UNA DE LAS
MUJERES (Y HOMBRES)
> QUE NOS QUIERAN ACOMPAÑAR.
>
>
>
TE ESPERAMOS EN UN MES, MIENTRAS LOGRAMOS CONVOCAR A
> LA MAYOR CANTIDAD
DE CIUDADANOS.
>
> 'Autogolpe'
> Denise Dresser
> 3
Dic. 07
>
> Hay
> golpes en la vida, tan fuertes. Golpes como
del odio de Dios, escribía
> César Vallejo. Golpes como los que seis
ministros de la Suprema Corte
> acaban de propinarle al país. Heridas como
la que el máximo tribunal
> acaba de infligirse a sí mismo al declarar que
las violaciones a las
> garantías individuales de Lydia Cacho fueron
inexistentes o poco
> graves. Al sugerir que la última instancia a la que
un ciudadano puede
> recurrir no funciona para él o para ella. Al
transformar el sufrimiento
> de niños y niñas víctimas de la pederastia en
una anécdota más. Al
> convertir su veredicto en confabulario de gobiernos
corruptos,
> empresarios inmorales, criminales organizados. Y así como un
agente
> judicial le dijo a Lydia Cacho durante su "secuestro legal":
"Qué
> derechos ni qué chingados", la Suprema Corte acaba de decirle lo
mismo
> a los habitantes del país. Ustedes y yo, desamparados por
quienes
> deberían proteger nuestros derechos, pero han decidido que no
les
> corresponde velar por ellos.
>
> Al votar como lo ha
hecho, la
> mayoría de los ministros acaba de darle una estocada a la
Corte de la
> que tomará años en recuperarse, si es que alguna vez logra
hacerlo.
> Porque su resolución va a ocupar un lugar deshonroso en la
historia
> constitucional de México, similar al que ocupa el caso Dred
Scott en la
> historia constitucional de Estados Unidos. Ese caso en el
que la Corte
> intentó imponer una solución judicial a un problema
político; ese caso
> del año 1856 en el cual declaró -también "conforme a
derecho"- que la
> esclavitud tenía fundamento legal y que como Dred Scott
era un esclavo,
> carecía de derechos y la Corte no tenía jurisdicción
para intervenir en
> su favor. Ese caso que hasta el día de hoy se
considera una mancha
> imborrable, una vergüenza compartida, una herida
autoinfligida.
>
> Sablazo
> similar al que producen los seis
ministros que se vanaglorian de
> empatía y sensibilidad, pero en sus
argumentos públicos no las
> demuestran. Ingenuos o cínicos cuando
sugieren que su resolución no
> deriva en impunidad y que "otras
instituciones" podrían investigar el
> caso, a sabiendas de que llegó a
sus recintos precisamente porque eso
> jamás iba a ocurrir.
Contradictorios o deshonestos cuando desechan el
> caso argumentando que
la grabación telefónica entre Kamel Nacif y Mario
> Marín no tiene valor
probatorio alguno, e ignoran la investigación
> exhaustiva de mil 251
páginas que confirma su contenido. Insensibles o
> autistas cuando optan
por descartar los 377 expedientes relacionados
> con delitos sexuales
cometidos contra menores. Cómplices involuntarios
> o activos cuando
afirman actuar en función del "interés superior" y
> éste resulta
coincidir con los intereses del gobernador y sus amigos.
> Representantes
del peor tipo de paternalismo cuando declaran -en un
> comunicado
lamentable- que sus sofisticadas decisiones no resultan de
> "fácil
comprensión" para grupos muy numerosos de la sociedad.
>
>
Seis
> ministros acaban de destruir la magnífica ilusión -alimentada por
su
> actuación ante la Ley Televisa- de que la Corte opera en un plano
moral
> superior a la mayoría de los mexicanos y se aboca a defenderlos.
Cómo
> creer que han puesto "lo mejor de sí mismos para servir
correctamente
> al país" si allí están las carcajadas del ministro Ortiz
Mayagoitia.
> Las descalificaciones del ministro Aguirre. Los vaivenes
argumentativos
> de Olga Sánchez Cordero. La relativización de la tortura
avalada por
> Mariano Azuela porque el caso de Lydia Cacho no fue
"excepcional" o
> "extraordinario". El consenso de todos ellos en cuanto a
que quizás
> hubo violaciones pero fueron menores, no graves, resarcibles,
quizás
> indebidas pero no meritorias de la atención de la Corte. O como
lo
> preguntó el ministro Aguirre: "Si a miles de personas las torturan
en
> este país. ¿De qué se queja la señora? ¿Qué la hace diferente o
más
> importante para distraer a la Corte en un caso individual?"
>
> Quizás
> sólo quede demostrada alguna vez la violación de
garantías individuales
> en México cuando a la esposa de algún ministro la
trasladen sin el
> debido due process durante 23 horas de un estado a
otro. Cuando a la
> madre de algún juez le digan que sólo le darán de
comer si le hace sexo
> oral a los agentes judiciales que la han
secuestrado. Cuando a la
> hermana de algún magistrado importante le metan
una pistola a la boca y
> le susurren al oído "tan buena y tan pendeja;
pa' qué te metes con el
> jefe ... va a acabar contigo". Cuando a la hija
de algún abogado le
> cobren una fianza excesiva para dejarla salir de la
cárcel o amenacen
> con violarla allí o la sometan a entrevistas
intimidatorias o un
> gobernador le dé un buen "coscorrón". Cuando a la
nuera de algún
> político le digan sus torturadores "Ten tu medicina aquí
... un
> jarabito, quieres?", mientras se soban los genitales. Cuando a la
nieta
> de alguna procuradora la viole un pederasta protegido por un
"Estado de
> derecho" puesto al servicio de los poderosos que casi siempre
ganan.
> Cuando alguno de ellos -lamentablemente- sea víctima de un
sistema
> judicial podrido y no antes. Sólo así.
>
> Y bueno,
la Suprema
> Corte se pega a sí misma, pero el peor golpe se lo da a la
nación al
> demostrar cuán lejos está de ser un garante agresivo e
independiente de
> los derechos constitucionales. Cuán lejos se encuentra
de entender el
> maltrato sistemático de millones de mexicanos vejados por
el sistema
> judicial y aplastados por las alianzas inconfesables del
sistema
> político. Así como Kamel Nacif llama "pinche vieja" a Lydia
Cacho", la
> mayoría de la Suprema Corte acaba de llamarnos "pinches
ciudadanos" a
> ustedes y a mí. Acaba de mandar el mensaje de que no la
molestemos con
> asuntos tan poco importantes como la defensa de las
garantías
> individuales, porque está demasiado ocupada validando los
intereses de
> empresarios poderosos y sus aliados en otras ramas del
gobierno.
>
> Quizás
> por ello en el libro Memorias de una
infamia, Lydia Cacho escribe: "Mi
> país me da pena. Lloro por mí y por
quienes tienen poder para cambiarlo
> pero eligen perpetuar el statu quo".
Y lloramos contigo Lydia -nuestra
> Lydia- pero rehusamos rendirnos aunque
seis ministros de la Corte lo
> hayan hecho. Porque tienes razón: México
es más que un puñado de
> gobernantes corruptos, de empresarios inmorales,
de criminales
> organizados, de jueces autistas. México es el país de
quienes luchan
> terca e incansablemente por devolverle un pedacito de su
dignidad. Y
> aunque la Corte rehúse asumir el papel que le corresponde
ante esta
> causa común, hay muchos ciudadanos que comparten la convicción
-junto
> con el ministro Juan Silva Meza- "de que en un Estado
constitucional y
> democrático, la impunidad no tiene
cabida".
Porque la revolución no ha muerto
Comuna en Resistencia
lunes, 7 de enero de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario